Camino espiritual de la Madre Bernarda

¡Vale la pena ser Franciscana Misionera de María Auxiliadora!

La vida consagrada como don del Padre por medio del Espíritu a su Iglesia, está llamada a mostrar caminos de esperanza y generar el nacimiento de una nueva sociedad con el novedoso sello del Espíritu, como "vino nuevo en odres nuevos" (Mc. 2, 18-22), en la dinamización de una entrega más radical al servicio del Reino, renovando las relaciones consigo misma, con los otros, con lo otro y con el Absolutamente Otro.

Es por ello, que, la Congregación hace un apremiante llamado a revitalizar la Formación, desde unas profundas convicciones de vida, que capaciten para asumir retos, en fidelidad a Jesucristo desde el Carisma de San Francisco y Santa María Bernarda, al servicio de la Iglesia en los nuevos escenarios y sujetos emergentes.

FUENTES INSPIRADORAS DE LA FORMACION

Jesús, Maestro
En el proceso formativo, Jesús es el Único y Verdadero Maestro; llama a sus discípulos para ser sus seguidores, estar con ÉI, participar de su misión e identificarse con ÉI, en el Misterio Pascual.

María de Nazareth, Modelo de Mujer Consagrada
En nuestra vida consagrada tenemos a María como "modelo sublime de consagración al Padre, de unión con el Hijo y de docilidad al Espíritu" (VC.28), como Maestra de seguimiento incondicional a Jesucristo, de acogida a la gracia y de asiduo servicio.

San Francisco de Asís, fiel discípulo de Jesús
En nuestra formación para la vida consagrada, seguimos a Jesucristo, Pobre, Humilde y Crucificado al estilo de San Francisco de Asís, quien respondió al llamado, siguió radicalmente a su Único Maestro, quien le reveló el Evangelio como Regla y Vida, lo condujo en medio de los leprosos y lo envió a reparar la Iglesia.

Santa María Bernarda Bütler, Fundadora y Formadora
EI seguimiento radical de Jesucristo, que Santa María Bernarda vivió, enseñó y transmitió a la Congregación, se fundamenta en:

Una profunda experiencia del Amor misericordioso de Dios Uno y Trino, la vivencia radical del Evangelio, un profundo amor y reverencia por la Eucaristía.
La contemplación, vivencia de los Misterios de la Trinidad y de la Encarnación, fuentes de sincera humildad, fraternidad, solidaridad y servicio a todos.
El amor a la Virgen María, expresado en la imitación de sus virtudes.
El servicio misionero como Operarias del Reino, mediante la vivencia de las Obras de Misericordia.

NUESTRO PROCESO FORMATIVO

El proceso formativo en la Vida Consagrada se inicia desde el momento mismo en que se percibe el llamado de Dios y abarca toda la vida. En nuestra Congregación, la formación comprende dos grandes etapas: Inicial y Continuada.